PAN Y PAZ

Getty Images/Fred W. McDarrah
8 M, Día Internacional de la mujer trabajadora.

Lo que pasó en 1908, la trágica muerte de 129 mujeres trabajadoras de la fábrica Cotton de Nueva York, tras declararse en huelga por primera vez, no ha sido en vano. Ha servido para que durante todos estos años, las mujeres nos empoderemos y empecemos a demostrar al mundo que tenemos que tener los mismos derechos para poder vivir en igualdad de condiciones en todos los ámbitos, tanto laborales como sociales.

Las mujeres hemos trabajado mucho y muy duro por conseguir un lugar en el mundo, con derecho a ser libres en nuestras ideologías y poder votar sin represiones.

Hoy en día, hemos conseguido muchos logros en nuestra sociedad desarrollada, pisando fuerte en muchos ámbitos, como emprendedoras y en el mundo empresarial. Pero todavía nos queda mucho camino por recorrer.

Eso es lo que las cifras nos indican:

 

  • Hablamos de una brecha salarial con alrededor de un 28% de diferencia frente a los hombres.
  • La tasa de empleo es un 10% inferior a la de los hombres e incluso el porcentaje de contratos con jornadas parciales es notablemente inferior en el hombre que en el de la mujer.
  • Cuando hablamos de pensiones al final de la vida laboral, vemos que es la mujer la que está más afectada reduciendo considerablemente la media de la pensión.
  • Seguimos llevando el peso del hogar y somos las mujeres las que debemos renunciar a nuestras metas para poder dedicar más tiempo a los hijos y al hogar.
  • Aún siendo las mujeres las que más accedemos a la universidad y con una media de aprobados por encima de la de los hombres, somos nosotras las que no conseguimos llegar fácilmente a los puestos de mayor importancia y relevancia.
  • Y según la ONU, el 90% de los jefes de estado son, todavía, hombres.

 

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Seguimos teniendo por delante una ardua lucha para poder equipararnos a los hombres. Es por eso que os animo a seguir en la línea de la lucha y de la defensa de la igualdad.

Pero quiero poder también recordar en estos duros momentos en los que el mundo, aún estando en el siglo XXI, se tambalea con guerras innecesarias y crueles, a esos cientos de miles de mujeres que llevan a su familia y su casa a cuestas con la esperanza de huir del horror de la guerra, dejando a sus hombres atrás para que puedan defender a su país. Mujeres como nosotras, mujeres valientes que protegen a sus hijos y a las que ahora mismo han mermado sus derechos aún más.

Mi solidaridad con todas ellas y toda la ayuda que está en nuestras manos, para minimizar su pena y su carga. Porque a ellas no les hace falta tener un arma en la mano para luchar.

Estas mujeres son un ejemplo de superación personal y demuestran que harán todo lo posible para salvar las vidas de sus hijos.

Qué paradojas nos deja la vida. Cuando hace más de 100 años, las mujeres rusas, tras millones de soldados rusos muertos en la guerra, reclamaban tan solo, PAN Y PAZ.

Las mujeres volvemos a demostrar, otra vez, que nuestras capacidades están por encima de las de muchos hombres con poder.

Ana Ibars,
Presidenta de l’Associació d’Empresàries i Directives del Camp de Tarragona.